Si el mundo fuera de caramelo,
tendrían sonido, sabor, color, olor, forma y empaparían tu risa,
la lluvia, una población pequeña, saltar, brincar,
leer, las miradas y los gestos de los niños,
los movimientos de los árboles y sus hojas, el latido de una trompeta en el aire,
el taconeo de un baile, bailar, bailar, ¡oh!...,
la nubes de algodón en el cielo, la paz, un violín,
Marta y Pablo, andar descalza por la arena fresquita de la noche,
Elvis, escribir, dibujar, meter los dedos en el barro, el torno,
mi bici y el aire, pintar, hacer garabatos, sorprenderme,
las cosas pequeñas, lo que te dice la brisa, tu amor y el mío, observar,
los papeles viejos, los lápices, las cosas antiguas, andar, viajar, las olas,
la felicidad,
la luz, la luna llena,
los cactus, regar las plantas y perderme en ellas,
encontrar tesoros en el suelo o en el cielo,
una oración, un abrazo repleto-respirado, escuchar,
una frase que se mete en el alma sin permiso,
el tren, un pájaro y su vuelo, las libélulas,
el ARTE, Whitney Houston, las piedras, charlar y aprender,
hacer fotos con los dedos, hacer el indio, recortar y pegar,
imaginar, la comida recién hecha, un helado,
el golpeteo de los tacones de verano sobre el suelo
y de las babuchas de invierno sobre la arena...
y más y más y más... un beso rico...
tus ojos...
Si el mundo fuera de caramelo todas estas cosas existirían,
crear un sueño que se hiciera realidad...
El lugar de ésta que escribe: La calle de caramelo.