Los niños dormían bajo la tierra
calada de pensamientos, de aire, color...
el arriate bajo el sol
lugar bendito de los dormidos
cobijaba sus cuerpos.
El tiempo se derritió, como siempre.
Desperezaron, hicieron ruido
queriendo salir como ramas
fuertes, recios, vivos
sonrientes los niños despiertos
dejando el olvido.
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